CARTA A LOS PROGRESISTAS Y HONESTOS RESIGNADOS

Votá con el corazón
Pensamos la Democracia como garantía de los derechos sociales, en condiciones prácticas y efectivas de igualdad.

La historia está plagada de luchas y movimientos sociales para conquistar y defender derechos. Así especialmente se conciben los derechos de las mayorías, como el resultado de una conquista social. Y con mucha mayor razón las minorías también fueron estableciendo y ganando sus propias batallas. Por eso, es necesario vertebrar esa herramienta capaz de darle canal a esa infinidad de derechos que todavía están en el marco de la conquista. Y es necesario que exista una fuerza social y política que se encuentre en capacidad de liderar esa búsqueda. El poder de los que ganan siempre empieza con el empeño, la convicción y la fuerza de un pequeño grupo de personas con principios.

No hay derechos sin lucha. Y no hay lucha sin organización, sin personas comprometidas en principios y asociadas en su acción, pensando en el destino común que nos permita ser libres por haber sido antes iguales en derechos.

Solamente un espacio con identidad PROGRESISTA puede llevar adelante este proyecto, puede transformar en realidad una utopía. Solo un espacio de militantes capaces de llevar la razón a la acción motivados por la emoción y el corazón.

No pueden hacerlo los pragmáticos, ni los frívolos, ni aquellos a quienes todo se les ha dado de manera “servida”, ni los que desprecian las ideas o quienes las reducen a la frase del spot. Tampoco pueden los resignados, los que bajan los brazos. Personas de bien, honestos intelectuales y de generosidad explícita. Progres de ideas y de historias verdaderas.

El impacto paralizante del miedo es tan profundo como la grieta que nos han dejado. Por eso comprendo la indignación, el hartazgo, la búsqueda de un cambio. Pero el cambio no es un momento. Es un proceso, que nos exige poner en juego todos los valores que pregonamos. No se puede reclamar lo que no estamos dispuestos a dar. No se puede pedir que otros defiendan lo que los resignados parecen dispuestos a entregar.

No comparto que aún frente al riesgo de continuidad política debamos abandonar lo que somos y pensamos. Los resignados no parecen hoy dispuestos a pelear por los ideales, por un gobierno honesto, una justicia independiente, por la igualdad de oportunidades, por el bienestar general, por una educación de calidad, un trabajo digno, un futuro de dignidad, por … (Podríamos hacer una larga descripción de todo lo que algunos parecen dispuestos a entregar) frente a la decisión práctica de votar a uno para que no gane otro.

Algunos prefieren un gobierno sin ideas, pero con una gestión que parezca eficiente. Otros admiten el robo o corrupción a cambio de que“haga”. Frente a estos, lo que no se entiende es la resignación de los progres y los verdaderamente honestos.

Estamos en un maravilloso tiempo para crecer, para madurar, para construir una visión compartida de nación, para discutir y elegir con libertad sobre qué valores vamos a construir una sociedad para las generaciones que vendrán. No estamos solo frente a un proceso electoral, sino al desafío de producir un cambio ético y cultural. Este es el desafío de los progres y los honestos. Los que no pueden bajar los brazos. Porque hoy es tiempo de hacernos cargo, de nuestra lucha por nuevas conquistas sociales, sin claudicación ni entrega. Es el tiempo de los que no se resignan.

Por la Argentina que queremos, votá con el corazón. Ese no te va a fallar.

Margarita Stolbizer

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